Desde que comencé el proyecto y la primera vez que lo vi, fue como un flechazo. Ahí estaba oculto en la fachada flanquados por dos forjados, con el óxido y la suciedad ganando terreno. Una fachada abandonada, como todo el entorno del Cabildo de Arriba. No pude quitar ojo, las letras, los números, el roto del cristal, todo captaba ni atención. el rótulo de «Las Tres M» se convirtió en una obsesión. Durante estos años ha sido casi visita obligada semanalmente, para ver su estado y para mostrarle dentro de las rutas que he ido haciendo. Pero fue el pasado […]