Entre estas dos fotos hay más de 50 años de diferencia, todo ha cambiado excepto una cosa: Droguería Inés. Es increíble ver como un negocio se mantiene intacto y con su propia personalidad al margen de modas de diseño, la irrupción de las grandes marcas o que una calle entera cambie. Así quien quiera darse una vuelta por el Santander de los años 50, lo tiene bien fácil. Ahora, si encima os invitan a ver la trastienda, la experiencia puede ser preciosa porque veréis cosas que ya ni existen ????