Después de 90 años, en abril de 2019 cerró sus puertas una de las últimas cesterías de Cantabria (y última de Santander). Desde entonces, era habitual pasar por la calle Francisco de Quevedo y seguir viendo su fachada y su rótulo con grandes letras corpóreas, y ese vidrio rotulado. Hace poco comenzaron unas obras en el local y todo esa fachada ha desaparecido. Con ella el rótulo. Y con ello una parte de la historia comercial de Santander. Desconocemos su destino, y estamos tratando de averiguarlo, pero o se ha convertido en chatarra (como ocurrió con La Mejillonera) o lo […]