Gracias a esta magnifica entrada que ha hecho el blog «Escenas de Santander» sobre la calle Lealtad, y recordando entre otros a los míticos Grandes Almacenes Woolworth, donde hoy está una conocida cadena de ropa, pues deciros que si os paráis y os fijáis en la fachada, aún podéis leer su rótulo.
A través de los puntos de anclaje de las piezas, podemos deducir la forma de las letras, y por tanto «leer». En Santander hay algún otro ejemplo, o en Torrelavega, donde se ve claramente que ponía aquellos viejos rótulos.
Esta técnica es utilizada en la epigrafía, para poder leer aquellas inscripciones en las que las letras de bronce ya han desaparecido, pero ha quedado su agujeros. Así que si os queréis entretener un poco buscar esas letras que ya no están y veréis como aparecen.