Después de 90 años, en abril de 2019 cerró sus puertas una de las últimas cesterías de Cantabria (y última de Santander). Desde entonces, era habitual pasar por la calle Francisco de Quevedo y seguir viendo su fachada y su rótulo con grandes letras corpóreas, y ese vidrio rotulado.
Hace poco comenzaron unas obras en el local y todo esa fachada ha desaparecido. Con ella el rótulo. Y con ello una parte de la historia comercial de Santander. Desconocemos su destino, y estamos tratando de averiguarlo, pero o se ha convertido en chatarra (como ocurrió con La Mejillonera) o lo veremos que se vende en páginas de objetos de segunda mano.
Desde Santatipo y la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico, estamos luchando para que esto no ocurra. Queremos que los rótulos sean parte de nuestras ciudades, porque nos cuentan historias locales y nos han dotado de identidad. Nos hablan de otra sociedad, otros negocios que no existen, otras costumbres.
Queremos que se queden en su sitio. Pero no siempre es posible y por ello les recogemos y les preservamos, para su protección y puesta en valor como #PatrimonioGráfico de las ciudades.
Por ello pedimos la colaboración de todos para que no desaparezcan. Por lo que por favor, os invitamos en que si veis obras en locales comerciales cerrados, les contéis el proyecto y nos aviséis para poder gestionar su rescate.
No podemos dejar que desaparezcan sin más, porque con ellos desaparece parte nuestra memoria colectiva.
Salvemos los rótulos y gráfica comercial.