Rescatar la memoria de comercios que han estado ahí siempre, pero que muchas veces pasan desapercibidos sea por cambios de hábitos, por su aspecto exterior u otros factores, hace que cuando sale a luz un elemento tan identitario como es un rótulo de las trastiendas, es un momento único, porque sale a la luz la historia del comercio.
“Calzados Villasante” es un comercio familiar que actualmente está gestionado por la tercera generación, Charo y Begoña Fernández Villasante. Son nietas de los fundadores, sus abuelos Mariano y Dionisia; que dejaron Villasante (Burgos) para venirse a Santander a finales de la década de los años treinta, e instalar un pequeño negocio de Ultramarinos debajo de su casa en la Cuesta del Hospital. Pero el incendio de febrero de 1941 les afecto llevándose por delante el negocio e instalándose posteriormente en los famosos barracones. Ya en Julio de 1943 se instalan en el local actual de la calle Burgos, y es aquí cuando más adelante comienzan a vender zapatillas y alpargatas, ante una demanda constante, por lo que poco a poco el negocio va diversificándose. Desde entonces ha sido una de las zapaterías más tradicionales y de comercio generacional de Santander, de los cuales son pocos que aún perduren en nuestras calles.
El rótulo tiene unas dimensiones de 210 x 50 cm. No se ve firma del taller que lo realizó; probablemente quede tapado por el marco que se la puesto actualmente para su protección. “Ultramarinos y Calzados” resumen de lo contado anteriormente y acompañados de un teléfono de cuatro cifras 16-69, que nos da esa información temporal necesaria para poder acotar su época. En Santander tenemos otros 2 ejemplo de este tipo de número de teléfono: “Las Tres M” y “Frutería Mary”. También que sea de vidrio el rótulo, lo hace como pieza excepcional artesanal, y se suma así otros pocos ejemplos que aún perduran a pie de calle.
Por otro lado, hay un precioso telón de escaparate dibujado artesanalmente y que viene firmado por el taller ovetense de “Parente” e Hijos. José Parente, fue un cartelista conocido en Asturias en los años 50, que junto a otros artistas crearon un estilo particular en la publicidad comercial asturiana (1).
Es por ello por lo que el valor de este patrimonio gráfico no sólo radica en su estética como objetos, si no en la parte inmaterial de todo ello, en la memoria local. Además de dotar de valor añadido a un comercio con más de 70 años de trayectoria e historia ininterrumpida.
Agradecer a Azucena Creis el aviso dado al proyecto de este hallazgo, y a Charo Fernández Villasante por su atención y disposición en documentar estas joyas gráficas, y también por su sensibilidad y por preservar estos objetos que forman parte de la historia comercial de la ciudad.
(1) El Cartel en Asturias. Colección del Muséu del Pueblu d’Asturies. Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular del Ayuntamiento de Gijón/Xixón. 2009.