Antes de la declaración del Estado de Alarma por la pandemia del COVID-19 en marzo, pudimos rescatar el rótulo del Bar Gelín. Con la vuelta a la nueva normalidad ha vuelto la rutina a las calles, y con ella las obras y reformas en locales comerciales. De hecho nos informaron de que el rótulo de «La Mejillonera» estaba siendo desmontado a martillazos. No se pudo hacer nada para salvarle de acabar siendo chatarra.
Uno de los rótulos que ya estaba en seguimiento era el de la Joyería Salamanca. El año pasado con motivo de la campaña de crowdfounding que estaba en marcha para la publicación del libro, inicié una acción para ir dejando avisos de rescate en locales comerciales cerrados.
La Joyería Salamanca cerró sus puertas en 2015, tras más de 70 años abierta en el local de Calvo Sotelo, frente al Ayuntamiento. Aunque sus raíces se remontan a finales del s. XIX, es en 1936 cuando llegan a Santander Urbano Salamanca y Justina Alonso abriendo una pequeña joyería en la calle San Francisco. Tras el incendio de Santander de 1941, se vieron obligados a instalarse en un barracón del Paseo Pereda. Y es en 1950 cuando inauguran el local de Calvo Sotelo en esquina con Isabel II. Serán después los sobrinos de estos quienes siguieran con el negocio hasta su cierre.
El local tenía un aspecto clásico, con mucho detalle en su interior. Espacios, suelos, moldura o muebles diseñados ad hoc. Algunos de ellos al cierre fueron vendidos. En el exterior el juego de letras expuesta era con dos tipos. Roman para las que estaban encima de las ventanas y Palo Seco, con iluminación, para el rótulo principal que estaba encima de la puerta.
El rótulo principal fue sustituido en la última reforma por su mal estado, incorporando uno de bronce en una tipo Script.
Lo que perduró hasta su cierre son por tanto, es todo el juego de letras ORIGINALES de bronce de las ventanas: SALAMANCA, JOYERÍA, RELOJERÍA.
La historia del rescate es de las que gustan. Durante la presentación del libro, en febrero, pude hablar con Asun, una de las sobrinas. A través de otro familiar le llegó la existencia del proyecto y quiso conocer más. Fue un placer poder explicar de primera mano que es lo que se busca y la filosofía del proyecto. Además vio que era uno de los rótulos que aparece en el libro. Le gustó la idea y como la decisión no era única, tuvo que consultarlo. Después vino la pandemia… Y volvemos a hoy. La semana pasada, finales de mayo (Fase 2) por aviso, me acerqué a «Regalos Pombo» que está de obras para ver el estado de los cristales que decoraban la fachada. Dichos cristales serán preservados, por cesión de César Pombo.
A la vuelta pasé por la Joyería y vi que las letras ya no estaban. Pregunté al jefe de obra y me dijo que se las han dado a una de las propietarias. A los dos días me llamó Asun para decirme que desde la familia querían dar las letras al proyecto, para su preservación. Y así fue.
Las letras tienen una medida de unos 30 cm de alto, y van firmadas por F. Ranninger. (ya estoy buscando información de este taller)
Y así es como se han salvado de desaparecer, al contrario que «La Mejillonera» pasando junto a otros rótulos a ser preservados. La colección está aumentado y ya es necesario poder disponer de un espacio de almacenamiento / trabajo de este Patrimonio Gráfico. Si conocéis algún rótulo en riesgo de desaparecer, avisad de la existencia del proyecto y que se pongan en contacto para poder rescatarlo.