Cuando me preguntan por que este proyecto, uno de los pilares es personal, de mi Familia. En los años 50 mis abuelos María Cuétara y Julio Garaña, provenientes de Asturias, abrieron un pequeño Bar en la Cuesta de la Atalaya. Se llamaba «La Blanquita». En el durante más de 2 décadas se fueron haciendo conocidos por sus famosos «Mejillones en Salsa»; literalmente era Kilos los que se vendían cada semana, en especial los Fines de Semana, donde mi madre me cuenta siempre que mi abuela no salía de la cocina porque no daban a basto. Mi Abuelo se fue ganando prestigio en el sector hostelero y decidieron traspasar el Bar. Él siguió vinculado a la hostelería como Jefe de Cuadrilla de Camareros extras, siendo un referente y donde estuvo en activo más allá de su jubilación y además fue quien me enseñó el oficio de Camarero, donde estuve más de 20 años trabajando.
Es cierto que a veces estas historias quedan en la familia, pero cuando lo hablas con gente de la calle o del barrio, rápidamente se acuerdan y te cuentan como ellos lo veían y lo vivían. Y ese es el motivo, sacar a la luz esa memoria, que a través de sus rótulos podemos rescatar y preservar, y en este caso reproducir.