En la calle Antonio Mendoza, frente al colegio Cisneros, hay un pequeño local que puede pasar desapercibido. Se trata del Kiosko Fidel.
Abierto en 1960 por Fidel Oreña, comenzó su actividad con un tostadero y frutos secos hasta 1964 cuando se construye el Colegio. Es ahí cuando decide comercializar material escolar y dulces. Desde entonces el kiosko sigue con esa actividad, con la segunda generación al frente.
Hoy día se ha convertido en el kiosko más antiguo de Santander en activo, un modelo de negocio local abocado a desaparecer de nuestras calles. En su interior se puede observar que poco ha cambiado en el tiempo; en una de las paredes aún está el reloj que sigue en funcionamiento desde que abrió sus puertas. Su rotulación fue cambiada en los años 80, con la incorporación del cierre metálico.
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