Desde que comencé el proyecto y la primera vez que lo vi, fue como un flechazo. Ahí estaba oculto en la fachada flanquados por dos forjados, con el óxido y la suciedad ganando terreno. Una fachada abandonada, como todo el entorno del Cabildo de Arriba. No pude quitar ojo, las letras, los números, el roto del cristal, todo captaba ni atención. el rótulo de «Las Tres M» se convirtió en una obsesión.
Durante estos años ha sido casi visita obligada semanalmente, para ver su estado y para mostrarle dentro de las rutas que he ido haciendo. Pero fue el pasado día 15 de marzo, cuando me avisaban de un incendio en el edificio. Acudo y veo que ya no está.
Pasaba un operario en ese momento, me presento hablando del proyecto y le pregunté por el rótulo. Yo me esparaba que me dijese que se con el calor se ha roto Con una sonrisa me dice que ayer (14 de marzo) lo desmontó y guardo. Me indicó que hablase con el Jefe de Obra. Por suerte, les llegó el aviso del SOS que lancé a través de las redes sociales; por suerte esto jugó a favor de la conversación. En ese momento me dijo que le acompañase para verle y allí estaba, sano y salvo.
Ahora está guardado, temporalmente, en dependencias municipales y ya estoy en contacto con el Ayuntamiento de Santander para empezar a trabajar en su puesta en valor, investigando la historia que esconde y analizando posibles maneras de conservación.
De hace un tiempo acá pensaba en pedir que le desmontasen para rescatarle, pero a veces las circunstancias ajenas a nosotros aceleran el proceso. Por lo que esta historia no acaba aquí, si no que acaba de empezar. Estaros atentos a las redes sociales a todas las novedades que vayan surgiendo al respecto.