Hablar del Cabildo de Arriba, es hablar del corazón de Santander. Un paseo entre sus calles Alta, San Pedro, Garmendia, Cuesta del Hospital, María Egipciaca o Limón observando sus paredes, vemos los restos de una zona que tuvo sus tiendas y negocios, muchos de ellos vinculados a la noche. Pero hoy solo es un recuerdo de su pasado.
Ver el rótulo de «Las tres M» una joya hecha en cristal, o el de la «Carbonería» y «Bar Ciriaco», nos llevan junto a esos viejos números a otra década en los años 50. Y como no destacar «Casa Sota«, donde allí se puso en marcha lo que hoy es la Quiniela. Muestran una actividad que ya se ha perdido, y que de algún modo algunos se animan a volver a crear. Negocios de artesanía que con mayor o menor suerte se ubican en la zona, es lo que queda junto a un bar y una tienda.
El Cabildo poco a poco va desapareciendo, sus letras y números son el vestigio que nos recuerda aquel pasado, que esperemos vuelva a renacer reinventado y dotando de esa vida y actividad comercial a ese entramado urbano que es único en todo Santander, porque la historia de la ciudad comenzó en esa zona.