A veces la historia la tenemos a simple vista. Este es el caso. En la esquina de Hernán Cortés y Las Infantas (frente a Fotografía Zubieta) hay un cartel publicitario de la compañía holandesa HOLLAND – AMERICA LINE que ha permanecido impasible al paso del tiempo. Se puede datar en el primer tercio del siglo XX. Actualmente está bastante deteriorado y no luce con su mayor esplendor. Hace algunos años fue restaurado por la Escuela Taller de Santander, pero realmente necesita un tratamiento y una restauración especial, para que permanezca otros tantos años más.
Dicho esto, el trasfondo que nos cuenta ese cartel es que Santander fue puerto de emigrantes entre 1920 y 1931. Durante el periodo de entreguerras se produjo un importante flujo migratorio desde España hacia el continente americano. Los motivos son varios aunque el principal era el efecto llamada de nuevas oportunidades.
Es aquí cuando en 1920 la ya veterana por aquel entonces Holland America Lijn (1871) entra en el tráfico marítimo migratorio como línea regular desde el norte de España y Países Bajos, hacia Cuba, México y Estados Unidos. Era una flota de buques mixtos de carga y pasaje con los colores característicos de sus chimeneas que se ve en la ilustración y realizaba el itinerario desde Rotterdam con escalas en Amberes, Boulogne sur Mer, Bilbao, Santander, La Coruña, Vigo, La Habana, Veracruz, Tampico y Nueva Orleans, desde donde regresaba a Europa, con escalas en Veracruz, La Habana, Vigo, Santander y Rotterdam.
En la actualidad Holland – America Line continúa operando como una importante compañía de cruceros.
Esto es un breve resumen de lo que nos puede decir un simple cartel en una esquina, pero si quieres profundizar más sobre esto ya que apenas existe información y fuentes de la vinculación de la compañía «Holland – America Line» con Santander, te recomiendo leer el blog «Vida Marítima» de Arturo Paniagua Mazorra que ofrece una información exhaustiva sobre los barcos y líneas que fueron clave en los movimientos migratorios de principios del siglo XX, y de donde he podido rastrear y sacar la información que aquí cuento.
El nombre de Francisco García, aparte de que ser Historia Gráfica de la ciudad, hay que vincularlo a un famoso armardor en el norte de España que tuvo una gran flota (1). También su nombre está vinculado a otra empresa como es Freixenet. Su nieto Enrique Hevia García, proveniente de una familia con un negocio de licores en Peñacastillo, contrajo matrimonio en 1941 con Carmen Ferrer, una de las copropietarias de Freixenet, que vivió en el número 15 de Hernán Cortés hasta su fallecimiento en 2016. Otra curiosidad: Francisco García se hizo como casa de verano en 1916 la Finca Quinta de los Pinares, en el Sardinero, que fue vendida en los años 60 a la familia Santos (Hoteles Santos / Santemar).
Fue en noviembre de 2017 llevada a cabo por GRAP, SL. Durante este último proceso de restauración, cabe destacar que aparecieron pruebas de diseño tipográfico, con distintas letras. Esto demuestra que el cartel se hizo in situ, dado que su ubicación en altura y forma esquina, obligaban a probar distitnos tamaños y propoporciones para su correcta lectura.
Desde Santatipo he querido homenajear a este fragmento de la Historia de Santander reproduciendo el cartel totalmente vectorizado con sus colores, a partir de la pigmentación existente y otros carteles similares de la época, así como esa tipografía que apenas se puede ver y leer.
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