Esta confitería santanderina, tiene su origen en 1949 cuando junto al Pasaje de Peña en la calle Atilano Rodríguez, se abre una pequeña Heladería llamada «La Polar», heladería vinculada a la misma familia Salas que se remonta a 1888, y que después pasaría a un local vecino, donde actualmente aún se puede comprar la fruta, separándose definitivamente las dos lineas de negocio.
En 1951 abre su obrador obrador en la Calle Justicia, y es en 1969 cuando se abre la confitería de la calle Burgos 11, con el rótulo actual que está montado y aún se puede ver. Una combinación de tipografías script y sans, con un estilo moderno para la época.
Actualmente funcionan las 2 confiterías y han sido reconocidas en 2011 por su trayectoria profesional.
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Actualización: el 31 de enero de 2020 cierra definitivamente sus puertas, por la jubilación de Luis Salas Pérez.